Desde este lunes y por un año, el nombre de Aitana Bonmatí será el de la mejor futbolista del mundo.
La española, que sucederá en el cetro a su compatriota Alexa Putellas como la mejor jugadora del orbe, no solo es una figura dentro de la cancha, sino también fuera de ella, en donde es una líder para la juventud española y símbolo de rebeldía frente a situaciones conflictivas.
Su espíritu rebelde y feminista lo cultivó desde pequeña, específicamente desde el origen de su familia, incluso con sus padres: cuando Aitana nació, sus padres decidieron invertir sus apellidos: primero el de la madre y luego el de su padre, mostrando una señal clara de lucha contra el machismo. Para ello, debieron sortear muchas luchas, como la legal, ya que eso no era permitido en España, por lo que debió ser registrada como hija de madre soltera para acceder a tal pedido.
Apasionada por la lectura y por el sentido social, siempre ha sido una fiel precursora de la igualdad de género, lo que lo expresa en cada ocasión que tiene la posibilidad de realizarlo.
Desde muy pequeña, Aitana demostró pasión por el futbol, fue a los diez años cuando rápidamente tuvo que buscar un equipo el cual tuviera rama femenina, ya que el club más cercano a su casa no tenía conformado un equipo femenino, es ahí cuando el Barcelona pone los ojos en ella y es reclutada en La Masía. Sabían que iba a ser alguien importante dentro del club blaugrana.
Ya siendo jugadora de selección y campeona de todo, Aitana Bonmatí fue una de las principales opositoras a los hechos llevados a cabo por el presidente de la Federación de Fútbol de España, Luis Rubiales, quien besó en público a Jenny Hermoso en plena premiación de las campeonas del mundo, hecho que dio la vuelta al mundo y que causó repudio en todos los sectores.
Actualmente, en 2023 es la capitana del club, y en esta temporada ha logrado ser la mejor jugadora en el Mundial de Australia, Mejor jugadora de la Champions League Femenina, campeona de Champions League, campeona de La Liga y de la Supercopa Española.
