Todos conocemos el poder de los petrodólares, Emiratos Árabes, Catar, Arabia Saudita, etc.
Esta nueva meca del fútbol no tiene tapujos ni reparos y le están quitando al futbolista el atractivo de vestir la camisa de un club en Europa. Ni el París Saint Germain y sus millones cataríes, pueden echarse un pulso con los sauditas.
Hay un sinnúmero de criterios sobre esta avalancha de estrellas y sus cifras millonarias. Limpiar la imagen del país más xenofóbico del mundo junto a Irán, abrir puertas al turismo, organizar una copa del mundo o la idea sobre la esclavitud laboral.
Este supuesto plan para cambiar el concepto ante el mundo tiene con mal dormir a varios sectores, pero sobre todo a Europa y América.
Tradicionalmente el fútbol saudí ha sido apenas regular, tan es así que su victoria sobre Argentina en el mundial de Catar fue toda una sorpresa, sin duda la mejor vitrina para mostrarse al planeta fútbol. Este batacazo ante los sudamericanos significó muy poco, comparado al anuncio de la llegada de Cristiano Ronaldo y Karim Benzema por $200 millones, Neymar y Kanté $100 millones los cuatro mejor pagados. Le sigue Mbappé con $72 millones en el PSG y Messi con $54 millones en el Inter de Miami. Ojo, esto es por temporada.
Esta poderosa maquinaria financiera le abrió las puertas a la empresa privada y a la participación del estado saudita.
Hace 33 años en 1992 viajé como delegado de prensa a Arabia Saudita acompañando al Club Sport Herediano con tres refuerzos que se presentó como Selección de Costa Rica para dos juegos en Dammam ante la selección árabe.
Fútbol insulso, artesanal, con restricción absoluta para que las mujeres pudieran ingresar al fútbol, sin turismo, cero licor y cigarrillos, todo lo contrario, a Occidente. Solo ingresaban delegaciones deportivas, culturales o políticas autorizadas por el Estado, de otra manera por más dinero que usted tuviera no se lo permitían.
Bueno, han pasado muchos años de esa experiencia que en la actualidad sufre cambios a todo nivel. Ahora buscan con cifras inverosímiles revolucionar el fútbol y romper el mercado de fichajes. Hoy son el epicentro del mundo y van muy en serio a cualquier costo de “comprar” el mundial del 30 o 34.
Ahora, de ahí, a posicionarse como una potencia del fútbol hay un largo camino.