El tema de Selección Nacional siempre será polémico y si se trata de convocatorias con mayor razón.
Hace un tiempo se daban muchas diferencias por el llamado incongruente y desafortunado de listas y listas de jugadores que entraban y salían como “recreo de kínder”. Se llegó a convocar hasta 140 jugadores por parte de un solo técnico, muchos de ellos “amigos incondicionales” del entrenador. Era todo un tributo al desorden y la falta de seriedad.
Recuerdo que el jugador, Cristian Bolaños, en su momento señaló: “no se están tomando buenas decisiones y todo lo manejan como si fuera una pulpería”.
Otro desajuste se dio con tantos cambios de técnicos que vinieron a experimentar dejando dudas de su respeto al trabajo. Otros tratando de desangrar económicamente las escuálidas arcas de la Fedefutbol ya que los dirigentes negociaron contratos leoninos en favor total del técnico.
Con justa razón muchos clubes se molestaron por la forma inapropiada de las convocatorias, porque nunca se tuvo una base clara sobre la cantidad de llamado de cada club y las interminables listas de legionarios con un despropósito inimaginable de gastos. Futbolistas que impusieron criterios sobre quién sí y quién no ingresaba en la selección. Hoy con el cambio generacional se ha terminado con muchos vicios que enfermaron todo lo que rodea a la selección y de paso acabaron con esas prelistas abundantes.
Nos alegra ver la llegada de 16 legionarios jóvenes con un futuro que depende de ellos con su aporte a la máxima representación. Que sepan de la gran responsabilidad que tienen y que no crean que por el solo hecho de jugar fuera del país ya tienen un derecho adquirido.
El arribo esta semana de los legionarios es algo que emociona, pero también los hace responsables ya que ellos tienen una alta cuota de lo que suceda con la Tricolor.
Otro que tiene que cuidar su discurso es el técnico Claudio Vivas y apegarse a la verdad como fue el caso de Diego Campos, sus argumentos no son ciertos y él lo sabe, los números son claros a favor del futbolista y no el comparativo hecho por el argentino.
Debe existir claridad y transparencia si quiere ganar credibilidad. La terminología del manoseo hay que erradicarla por completo y esto incluye también a todo el entorno federativo.