El fútbol siempre ha estado regido por la desigualdad donde los más ricos se aprovechan de la debilidad de los pobres. Sin embargo, esto parece estar cambiando a pesar de tener ejemplos muy cercanos de lo contrario.
Suena paradójico, pero los equipos tradicionales por su poder económico o su fuerte chequera han desangrado equipos como ocurrió con Santos al perder cinco de sus principales figuras, tres de ellas con el Deportivo Saprissa y dos con el Club Sport Herediano. Algo similar ocurrió con el Puntarenas F.C. hace un año, todo esto por negligencia ya que dejaron “robarse” sus mejores referentes al grado de haberse caído y estar dos veces a punto del descenso.
Por supuesto esto no es culpa de los morados ni de los florenses. El fútbol nuestro viene siendo controlado por tres equipos, aunque por supuesto, es claro, que está abierto el mercado de libre de oferta y demanda.
Todos los equipos están obligados a competir y no se vale que los tagarotes engullan literalmente a los más débiles, en esta ocasión se han dado dos claros ejemplos. Roberto Córdoba del equipo sancarleño fue ofertado por Liga Deportiva Alajuelense sin embargo San Carlos lo amarró y negoció con el futbolista, quien estará con los “Toros del Norte” hasta 2026.
El otro caso, sólo para poner dos ejemplos, fue el del goleador de Sporting FC, José Steven Cárdenas, quien fue renovado por tres torneos cortos, el futbolista recibió dos ofertas de dos equipos grandes.
El fútbol siempre ha sido desigual y lo seguirá siendo, aunque estos pequeños pasos que dan algunos equipos buscan evitar el desface. Todos conocemos que Saprissa, Alajuelense y Herediano han ganado más de las tres cuartas partes de todos los campeonatos, son estos equipos no tradicionales los encargados de evitar ese monopolio. Existen síntomas patentes de que esto está cambiando, las sociedades anónimas o dueños de equipos elevan las aspiraciones de encontrar un mayor equilibrio en nuestro torneo.
Todos sabemos que los más privilegiados tiene la sartén por el mango, la situación es peligrosa por la hegemonía y el impedimento de competir sin tanta diferencia.
La Federación Costarricense de Fútbol y la Unafut no parecen muy interesados en apoyar algún plan que pueda balancear esta diferencia poco competitiva y monopolística.