Está terminando el torneo y la afición merece un reconocimiento no sólo por la demostración de fuerza en las gradas, sino por el buen comportamiento.
Los fanáticos de los cuatro finalistas se han convertido en el jugador número 12. La increíble demostración de fuerza que han imprimido en las gradas ha encendido los partidos y creado un enorme fervor.
Lo que hemos disfrutado del Puntarenas FC ha sido inolvidable; los cánticos, los bailes, los tambores y las bengalas han llevado unos grados más de temperatura al “Coquetón” Lito Pérez.
El Club Sport Herediano ha hecho del pequeño “Coyella” Fonseca un escenario que lo han llenado de fervor, los fanáticos saben encender los juegos para vivirlos con gran intensidad en un ambiente casi al 100% rojiamarillo. Los seguidores florenses ansían y esperan su nuevo estadio, más grande y más moderno que el desaparecido y vetusto Rosabal Cordero. Por ahora jugarán la gran final en un ambiente de ebullición y rivalidad total después de su derrota 2 x 0 con Saprissa. Los seguidores del “Team” tendrán que agotar su potencia vocal con gritos y apoyo durante los expectantes 90 minutos que restan del juego.
Un equipo que no las tuvo todas consigo y que viene arrastrando una secuencia de malos resultados y una sequía de títulos fue la Liga Deportiva Alajuelense. Aun así, y a pesar de esos tropiezos la afición liguista es una de las más fieles y numerosas del país, así lo deja ver claramente la encuesta de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica.
Este miércoles jugarán a estadio lleno ante Olimpia, mostrando que son una afición muy devota y activa. La “Catedral del Fútbol” como le llaman sus parciales es un impresionante escenario donde se vive con una particular intensidad el fútbol.
Por último, la afición más caliente y numerosa en estas semifinales. Los morados han arrasado en cantidad y fuerza a todos sus rivales. Ha sido un marco inigualable que provocan escalofríos, un ambiente que arde en cada juego, una increíble demostración de fuerza en las gradas. Es como una caldera en ebullición. Su colorido y la intensidad con la que están viviendo los juegos no tiene comparación.
Quiérase o no, la “Cueva” es un estadio que amedrenta al contrario, perece que no caben la gradas, que van a caerse y cuando hacen un gol es un orgasmo de pasión y felicidad futbolística.
