¿CUÁL FUE LA BASE PARA EL TRIUNFO Y QUE PROVECHO LE SACÓ AL PARTIDO DE IDA DE LA SEMIFINAL?
Voy a usar una expresión muy tica, “Sólo una vez capan al perro”. Después de cada partido hacemos un análisis sobre el rival, muy calificado, dicho sea de paso, eso le da más valía a este partido, porque Saprissa es un gran equipo, con grandes individualidades, con un juego bastante práctico, bueno, que nos exigió al máximo.
Analizamos un poquito, lo trabajamos. Muchas veces uno planifica para tratar de contrarrestar al rival, sobre todo cuando juegas de visita, a veces te salen a veces no.
Hoy, gracias a Dios, lo que planificamos en estos 8 o 9 días nos sirvió. Algunos decían que el parón nos iba a afectar, pero a mí me sirvió bastante. Tuvimos siete u ocho sesiones sin saber cuál era el rival, teníamos dos formas o dos maneras de jugar, cuando conocimos el rival tomamos la decisión de cuál modelo íbamos a usar, la parte táctica contra el rival, etc.
Aprendimos mucho de aquel momento y aún seguimos aprendiendo. No hemos ganado absolutamente nada y como jefe del departamento tengo que actuar igual. En las finales nada está escrito, lo dicen las estadísticas. Dimos un pequeño paso para un gran objetivo.
TITULARIDAD DE ARIEL SOTO Y JONATHAN MCDONALD
Se nota que los muchachos cuando captan la idea, la asimilan y la ponen en práctica. Hugo y este servidor hacemos hasta tres sesiones de trabajo. A veces llamamos sólo a los muchachos defensivos, en otras a los ofensivos y trabajamos situaciones específicas. Eso es la parte estratégica, independientemente de la parte táctica, que es el rival que vas a enfrentar.
En la tarde juntamos a todos los jugadores. Con ese trabajo individualizado por zonas se interioriza, se personaliza más y los jugadores se sienten más parte de… Es algo que nosotros hemos procurado.
¿Hace cuánto no jugaba Ariel? Y tácticamente no desentonó.
Me siento orgulloso de los muchachos, porque a pesar de no tener ritmo de juego y tácticamente funcionan. Es un poco la convicción y las herramientas que uno les da.
SATISFACCIÓN CON SU TRABAJO
Los jugadores son la clave. Hoy ganamos con un sistema que no habíamos jugado. Si los muchachos no tienen ese trabajo y no hay respuesta a ese trabajo es imposible que los técnicos podamos hacer algo. No podemos tener dosis de vanidad sobre algo que nosotros podemos manejar o decidir sin que ellos lo pongan en la escena.
El partido de la semifinal lo planificamos bien, y yo vine aquí con 3 x 0 en contra con una sensación de insatisfacción por un marcador que no era. Lo mereció Saprissa, pero ahí fallamos. En la intimidad se tiene que manejar eso.
Agradezco que me den cierto crédito y lo hay, pero de todo el cuerpo técnico, pero sería intangible si las cosas no hubieran salido bien hoy.
INVICTO EN FINALES
Sí he perdido partidos en finales. Me siento como el primer día, me costó dormir, tenía la misma ansiedad como cualquier primerizo, porque todas las finales son diferentes, estamos jugando contra un rival completamente diferente, un técnico completamente diferente, un ambiente diferente… Hay que trabajar. Hay imperios que han caído por exceso de confianza, por lo que les puedo garantizar que no vamos a dar nada por descontado. Y si es que he tenido éxito en algún momento debo preguntarme ¿Por qué lo he tenido? Yo lo tengo clarísimo. No durmiendo, entrenando doble, hablando con los muchachos, algunas veces látigo, algunas veces aflojando un poquito y empapándose de todo el entorno y de los escenarios que pueden presentarse.
CLAVE PARA EL PARTIDO
Nosotros tuvimos tres partidos para estudiarlos, uno contra nosotros y dos contra Alajuelense. Hubo un estudio y una posibilidad. Buscamos los perfiles idóneos en cada puesto para lo que queríamos hacer.
Es un equipo compacto y eso me ha ayudado muchísimo y sobre eso lo trabajamos.
Lo que hicimos hoy, nosotros lo vivimos en el partido de vuelta de la semifinal en el Colleya, cuando el portero de ellos duró no sé cuantos minutos, perdieron tiempo, se cayeron, y nosotros con la desesperación de ganar. Aquí todo se vale. Ellos lo hicieron y pasaron, entonces nosotros también. No hubo una instrucción deliberada, pero aquí dentro hay jugadores de muchísima experiencia que también interrumpieron, como lo hicieron ellos en el Colleya cuando hicimos el gol y nos enfriaron.
Hoy les aplicamos una dosis parecida a la que nos hicieron, pero en el fútbol y en las finales todo se vale. Los pequeños detalles siempre han contado.