El pasado viernes, la Liga Deportiva Alajuelense oficializó la salida por renuncia de don Ricardo Chacón como Gerente General de la institución rojinegra.
Ricardo, fue señalado por la Unidad de Género de la Fiscalía de Alajuela, en una causa por un presunto delito de abuso sexual, en perjuicio de una persona mayor de edad.
Esta noticia corrió como pólvora, ya que casi simultáneamente, la dirigencia manuda emitió un comunicado donde señalaba que ante la denuncia presentada, activaban de inmediato los protocolos internos del club y que se nombraba un órgano instructor como lo exige el Reglamento sobre Hostigamiento Sexual.
Lógicamente, esta noticia creo un ambiente de duda y escepticismo. Muchos no lo podíamos creer. El fuerte, valiente y gran jugador que durante 13 años de carrera solo una vez fue expulsado y por siempre vistió la camisa de Liga Deportiva Alajuelense y nuestra selección nacional llenándolas de valor. El que con gran suceso y eficiencia fue gerente del Club Sport Herediano y del Deportivo Saprissa a pesar de haber sido un reconocido liguista, pero también un respetado profesional en administración que contaba con la cualidad y la pericia en el campo de juego.
Fue contratado por la Federación Costarricense de Fútbol como director de selecciones nacionales en 2014 en la más grandiosa participación de Costa Rica en una copa del mundo, donde a la par del histórico técnico, Jorge Luis Pinto, llenaron de gloria al país.
A finales de 2014, emprendió una de las etapas más destacadas de función administrativa alcanzando el cargo de gerente general del estadio nacional que era administrado por un Fideicomiso del Banco Nacional de Costa Rica, generando recursos por más de 4.000 millones de colones y con una reinversión a ese recinto de más de 2.500 millones de colones.
La mayor sorpresa fue su renuncia al exitoso paso por el máximo escenario futbolístico nacional para incorporarse al cargo de gerente general de Liga Deportiva Alajuelense.
Ricardo, no sólo fue la cara, sino el gran impulsor de los “90 minutos por la vida”. Su credibilidad, su pulcritud en los manejos financieros nunca dejaron espacio a dudas o malversaciones. Hombre de familia, respetuoso y amigo.
Ahora deberá enfrentar a la justicia, aceptar su grave error o defender su honor como cualquier persona común y silvestre. Que la verdad lo señale o exculpe en este proceso judicial.