Descenso, una palabra que nadie quería escuchar y esperaban que ojalá pasara de lejos. Cuatro equipos estaban involucrados: Pérez Zeledón, Puntarenas, Santos y Grecia.
Son muchos los equipos que han debido enfrentar la pesadilla del descenso; generalmente es el premio a una serie de malos manejos y errores de los dirigentes.
Además, al equipo de Grecia se le unió la negligencia y el abandono de la Municipalidad, la poca afición se extinguió, el cambio y recambio de entrenadores 17 en menos de 7 años: “Pate” Centeno, Luis Diego Arnáez, Fernando Palomeque, Johnny Chaves (QDDG), Mauricio Wright, Alexander Vargas y Javier San Román en tres ocasiones fueron algunos de los que pasaron sin pena ni gloria.
El mexicano San Román, actuó como presidente, entrenador y dueño del equipo occidental dando pasos que llenaron al club de desaciertos. Todos estos malos manejos administrativos y dirigenciales lo convirtieron en el más inestable de principio a fin. Solamente 29 puntos en 44 juegos, fue realmente paupérrimo el porcentaje de puntos en toda la historia de los equipos que han descendido en torneos cortos.
Aun así, Grecia tuvo algunos momentos para salvar la categoría especialmente su última confrontación con Santos. Era un partido de matar o morir, era prohibido parpadear. Julio César Daly Valdés y Santos superaron el último tramo del torneo logrando la permanencia y llevando una bocanada de aire que terminó festejando con alivio su presencia en la próxima temporada, eso sí, advirtiendo a los “guapileños” la necesidad de una mejoría para los próximos torneos.
Para Grecia fue un año cruel, porque se sabe cuándo se pierde la categoría, pero nunca cuándo se podrá recuperar de nuevo. Lo dijo San Román, aquí sólo hay cuatro equipos y un desface económico, fuertes en afición y derechos televisivos, aunque podríamos agregar un par más, es cierto que por norma general hay más de un 50% de los equipos que empiezan la temporada con el único objetivo de mantenerse en la primera división, para la mayoría continuar un año más en la máxima categoría significa todo.
Cuando se llega a esta “desgracia” deportiva, como en el caso del equipo griego es un trago amargo porque no se tiene un lugar ni geográfica ni demográficamente donde estabilizarse. O sea, un futuro incierto.