Ser futbolista profesional conlleva tener un excelente rendimiento en la cancha, pero también un comportamiento adecuado fuera de la misma. La disciplina exige rendimiento y luego cuidarse de excesos de todo tipo.
Los jugadores de fútbol gozan de un sinfín de privilegios, pero también de obligaciones. Por supuesto que son seres comunes y silvestres y con derechos a algunos “pasatiempos”; eso sí, deben ser congruentes a su posición de cero tolerancias a la indisciplina nocturna. La fiesta, las drogas y el licor no solo dañan el cuerpo, sino también su imagen y para ello deben pedir ayuda.
Normalmente sucede que se da un “escandalito”, alguna sanción económica y pronto son reintegrados.
Hay dos formas muy negativas, ser señalados como jugadores violentos en la cancha o tener una vida mundana empañada por tanto desafuero. Todo esto lo comentamos no por lo que se especula ocurrió en San Carlos, porque también se ha dado en todos los equipos.
Los que ya somos grandes, recordamos a muchos nacionales y extranjeros en fiestas de madrugada, accidentes de tránsito, detenidos por escándalos, pleitos callejeros y hasta balaceras. Lo más importante es que el jugador se enamore de su profesión y tratar de inculcarles que no tengan ojos para dar pasos equivocados. El fútbol llena de privilegios al jugador de éxito, y no hablo necesariamente de lo económico.
Ahora la pregunta. ¿Sirve de algo sancionar? Este es un tema de respuesta complicada; en la mayoría de los casos la permisividad o tolerancia es más dañina que el castigo ejemplar ya que en la mayoría de los casos se vuelven reiterativos en sus faltas.
El futbolista está lleno de tentaciones, son jóvenes y además los rodea un mundo de fantasía de mucho riesgo. El cuerpo no perdona y paga los malos hábitos para tener una carrera deportiva de mayor duración.
Con frecuencia escuchamos que este o aquel jugador se mantiene muy bien a pesar de su edad, y rápidamente se agrega, él llevó una vida muy sana de cuido personal. El talento lo tienen muchos, pero los malos hábitos les han impedido llegar a la elite profesional.
Debe trabajarse mucho en la prevención especialmente en edades juveniles donde ellos deben llenarse de valores y prevención que les dé una base fuerte y segura.