El fútbol femenino desde su inicio ha estado marcado por un machismo descontrolado. El fútbol de hombres es calificado como un fenómeno social y de masas. Acapara la atención en un 90 % de los medios de comunicación.
El futbol como tal no debería tener género, pero muchos nos encargamos de discriminarlo. El potencial del futbol femenino en Costa Rica es muy grande, aunque no se den los pasos absolutos que se requieren para fomentar su crecimiento.
Viendo a las jóvenes que nos representan en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla no queda ninguna duda que estamos evolucionando, sobra decir que contamos con materia prima de excelente calidad, aunado a la inteligencia y experiencia de su manejadora Amelia Valverde.
Creo que ni nosotros mismos imaginamos hasta dónde puede llegar el fútbol femenino, si tuviera un aporte integral. Siendo el fútbol un fenómeno de masas y que mueve tanto dinero, en el caso de las féminas han tenido en algunos países que posar en paños menores para poder recaudar algo de dinero.
En el área nuestra de la Concacaf desde hace rato se produce un crecimiento bien orientado y con práctica masiva en los Estados Unidos que las ubica entre las mejores del mundo, ahora le toca el turno a México. El campeonato se juega en excelentes estadios, con apoyo irrestricto de los principales clubes del fútbol azteca, fuerte divulgación, buenas asistencias y cobertura de cadenas internacionales.
Nuestro país cuenta con futbolistas en Europa, Sur América y USA. Creemos que estamos obligados a realizar algo similar a los mexicanos aún con nuestras limitaciones. Se conoce del esfuerzo de Extra TV, del Deportivo Saprissa, la U.C.R. y seis equipos más con gran aporte institucional y privado.
Nuestra Selección Femenina nos seduce, es un producto que ilusiona. Juegan bien, se rompen el corazón, tienen clase. Es indudable que ellas requieren mayor financiamiento, los recursos y la preparación con relación a los hombres no deben ser discriminatorios. Ellas lo merecen.
A la hora de escribir este comentario, no se había jugado la final con México. Eso sí, cualquiera que sea el resultado y el triunfador, me queda claro qué de parte de nuestras muchachas no habrá concesiones, ni prerrogativas.