Hace pocos meses la dirigencia brumosa sorprendía con el anuncio de la llegada de un técnico mexicano.
Mario García Covalles, de 56 años de edad, con algunas medallas, ganó con el Atlante dos veces el título de ascenso, dirigió al club León y Morelia. Su estilo de trabajo de tres horas diarias, sus resultados iniciales y sus conferencias de prensa dejaban ver que por fin un entrenador llegaba a cambiar todo el desorden y polémicas con los anteriores manejadores de club brumoso. El último, Paulo César Wanchope, separado ante los resultados negativos en la Copa, en la Recopa y la Copa Centroamericana.
Se especuló que el vestidor se dividió y su técnico dio señales que había algunos comportamientos de indisciplina. Un triunfo en Santos y otro en Alajuela hicieron suponer que el técnico azteca con su nuevo libreto de trabajo, su verbo más o menos congruente y su metodología de darle potencia física y velocidad a su equipo, contaban con la supuesta “complacencia” de sus jugadores, todo parecía que iba miel sobre hojuelas.
Luego vinieron los disparates con la primera derrota señalando que no lo entendían y mejor se retiraría para no afectar el club. Jugadores y dirigente se unieron para darle una voz de apoyo, sin saber que lo peor apenas iniciaba. Una cadena de derrotas, un equipo tan enredado como las peroratas de su entrenador daban con la “salida” de don Mario.
¿Qué pasó con el mexicano? ¿Lo absorbió el camerino, o es un vendedor de humo? Sus “contenidos” de las ultimas conferencias de prensa eran confusas, contradictorias y extensas.
Hemos visto al Cartaginés esforzado en algunos juegos, pero también se ve un equipo inseguro y sin brújula. Lo último más congruente que dijo fue: “Necesitamos un cambio y el cambio más fácil soy yo y punto”.
Don Mario García se quedó sin fuerzas y se llenó de impotencia. Todo hacía indicar que a mitad del Torneo Clausura 2024 el equipo brumoso debería iniciar de cero luego de 5 derrotas y un empate en el noveno lugar y con equipos muy fuertes en la parte alta, la familia Vargas tenía un nuevo desafío para armar un rompecabezas que parecía estaba lejos en este torneo. Sin embargo, se dio marcha atrás y el divagante técnico quiere prolongar su agonía de algo que parece irreversible.