• 27/04/2025
  • Costa Rica

Números buenos y malos en el fútbol.

En el mundo del fútbol existen varios récords obtenidos por jugadores en este deporte.

Víctor Núñez, máximo goleador histórico de la primera división de Costa Rica (237), Álvaro Saborío y su tercer regreso al fútbol luego de su retiro. Marvin Obando jugó 21 años con diferentes equipos acumulando un total de 685 partidos. Rolando Fonseca es nuestro máximo anotador en selección nacional con 46 goles. Lionel Messi acaba de lograr lo impensable, ha llegado a su título número 44, dejando atrás a Dani Alves.

En el fútbol, también existen los “antirécords”. Matías Martínez de Racing de Argentina luce el nada agradable récord de haber convertido el autogol más rápido de la historia, en tan solo 7 segundos. Gerardo Bedoya tampoco luce con orgullo el récord de mayor cantidad de expulsiones con la increíble suma de 44 tarjetas rojas.

En nuestro país el tema de expulsiones ha dejado de resultar anecdótico y ya es tendencia para algunos reincidentes que se han convertido en carne de expulsión. En esto hay diferentes comportamientos, días atrás Jeaustin Campos trató de irresponsable a John Jairo Ruiz, contrario a Vladimir Quesada que ante la nueva expulsión de Pablo Arboine evitó hablar del tema señalando que: “eso queda entre él y yo”.

Casi todos los equipos tienen ese hombre que es sinónimo de tarjeta roja. Fernán Faerron por ejemplo, pasó 9 partidos sancionado en el torneo anterior, pareciera que para el presente hay un cambio positivo. A su alrededor se ha creado un fantasma de manía persecutoria hacia ellos, o es una excusa para minimizar ese lastre.

Es notorio como la imprudencia y la falta de control emocional afectan a algunos jugadores, perjudican a su técnico y a su equipo. Muchas veces escasea la ecuanimidad y abunda el juego violento, patear al rival, entradas por detrás, codazos, etc.

Generalmente se busca culpar al árbitro de los insultos o malas decisiones. Hay jugadores que guardan su talento y luego son noticia por aparecer en el departamento de tarjetas rojas y ausentes en varios juegos. A veces parece no ser suficiente para cambiar y siguen recibiendo más expulsiones en su carrera. Esa fama no ayuda para nada a lo largo de su curso y muchas veces los convierten en auténticos villanos de la cancha.

Tener ese desafortunado honor opaca su ingenio y calidad.

Leonel Jiménez Rojas, periodista.

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