Jorge Luis Pinto, renunció a su puesto como entrenador del Unión Magdalena de Colombia.
Luego de lograr el histórico ascenso a la máxima categoría en diciembre del año pasado, el panorama cambió para el entrenador cafetero en el inicio del torneo cafetero.
Se han jugado ocho jornadas, donde el desempeño del club ha venido a menos y registra cuatro empates y cuatro derrotas.
Pinto, se ausentó en los dos últimos entrenamientos, lo cual encendió las alarmas.
Medios colombianos aseguran, que el detonante para la salida del santandereano obedeció a que lo obligaron a alinear a dos jugadores y a la exclusión del extremo uruguayo Eric Krame y el defensa central Darwin Palomeque. El entrenador no estuvo de acuerdo con esa decisión.
Esos temas los discutió con el dueño del equipo, Eduardo Dávila, pero no hubo marcha atrás.
El miércoles en horas de la tarde, el estratega publicó una carta, en donde oficializó su salida del equipo.
“A todos mis seguidores, amigos y afición del fútbol en general, quiero contarles que hoy me dirijo a ustedes con profunda nostalgia para informarles que a partir de la fecha me aparto de la dirección técnica del Unión Magdalena, un equipo que ha ocupado un lugar muy especial en mi corazón desde el inicio de mi vida profesional en el fútbol.
En esta ocasión me siento muy orgulloso de lo que logramos juntos, pues nos propusimos el reto del ascenso a la primera división y lo conseguimos superando las expectativas del tiempo estimado. Fue un gran trabajo en equipo, donde demostramos que con disciplina, entrega, sacrificio y ganas se llega a la meta.
Quise continuar el proceso en la primera división, siempre dando todo mi profesionalismo y con absoluta disposición, pero existieron situaciones externas e innegociables que no me permitieron lograr una pronta evolución para competir al nivel que se requiere en la máxima categoría del futbol colombiano.
Nuestro esfuerzo no fue suficiente para superar los obstáculos que no permitieron materializar el proyecto de llevar al Unión Magdalena a la cima, como siempre fue mi intención.
Quiero agradecer públicamente a Eduardo Dávila y su familia, por quien decidí dirigir un equipo de la segunda división sabiendo que no era lo que más anhelaba, pero aceptando el reto de ascenderlo. Mi gratitud también a los directivos, jugadores, cuerpo técnico y administrativo, a hinchas, medios de comunicación y aficionados, quienes poco a poco entendieron que su acompañamiento era una dosis de ánimo importante en cada partido.
Ha sido un placer trabajar con todos ustedes y espero que el equipo continúe creciendo y logre la permanencia en la primera división, lugar del que nunca debió salir”