Volvió el fútbol al Estadio Carlos Ugalde Álvarez y volvió la alegría de los niños, son 15 minutos que muestran uno de los pasajes más hermosos de nuestro fútbol.
Ver el ingreso de esta niñez es regalar felicidad. Se ha hecho tradición en casi todo el mundo especialmente en torneos locales e internacionales ver a los jugadores llevando de sus manos a los niños al centro de la cancha. Nos parece muy bien que la FIFA y las Confederaciones promuevan esos valores de respeto y de esperanza. Algunos infantes han tenido la suerte de ir al campo de la mano de enormes figuras (Messi, Cristiano, Vinicius, Mbappé, etc) Los pequeños enloquecen de estar cerca de sus grandes ídolos, es realmente conmovedor.
La presencia de estos chiquitos captura la atención inmediata del público, creo que esta escena nos encanta a todos. Claro, hay que señalar que esta tradición de los norteños es única en el país y creo en el mundo, ya que no conocemos algún lugar donde se estile el ingreso masivo de niños en un entretiempo de un juego. Que los jugadores entren acompañados por estos pequeños es un bello gesto, pero la conexión de estas generaciones sancarleñas se sale de todo contexto.
Los de la “Vieja Villa”, promueven la igualdad y amistad en el deporte. Que los “guilas” entren al campo casi en estampida y que tengan la oportunidad de correr, jugar, tocar los balones, hacer amigos, ya de por si es un especial logro, pero además se están sembrando para el futuro seguidores de la Asociación Deportiva San Carlos. A algunos los animará a pedir espacio en las ligas menores y por supuesto obligan a sus padres a asistir al estadio.
Esta práctica es una forma de simbolizar e inspirar como se puede unir a la familia de fútbol. En un momento cuando la Unafut prohibió o impidió esta práctica creímos que era lo más aberrante y sin sentido que podía ocurrir, con una agravante fueron tan irracionales que hasta multaron al club en tres ocasiones.
Si la tradición de ir de las manos de los jugadores es ya un contacto con el ambiente y el espectáculo que muy temprano ven como una fuente de inspiración de sus propios sueños, en San Carlos la familia y la comunidad del fútbol resaltan la importancia de una idea que se acrecienta con el tiempo.
Nos hacía falta ver esta tierna escena. ¡Dejad que los niños vengan a mí!