• 05/12/2024
  • Costa Rica

Respeto y consideración a Orlando Galo.

Respeto y consideración a Orlando Galo.

De fútbol todos sabemos, todos opinamos y hasta podemos dar consejos. Aquí cualquiera tiene permiso para juzgar de manera inmisericorde un hecho, “aunque no sepamos de la misa la media”, esta expresión más vieja que la maña de pedir fiado se ajusta especialmente a la actualidad con el auge de las redes sociales.

Este mal se ha incrementado con cientos de argumentos y opiniones de personas que parecen tener un doctorado en cualquier tema en cuestión. Este preámbulo es con el propósito de pedir un poco de respeto para el futbolista, Orlando Galo, su club y su entorno familiar.

No sé puede ser irreverente con el sufrimiento ajeno. A mí me ha causado mucha tristeza y no quiero pensar a sus seres queridos.

Siempre hay que ver qué hay detrás de una situación como la que está viviendo el jugador rojiamarillo y de la selección nacional. Cuando la gente le da rienda suelta a verter criterios la mitad de las veces por cuestiones de fanatismo y la mayoría de las veces hacerlo como un vicio.

Todos somos directores técnicos, jugadores, dirigentes, periodistas. Pensamos que sabemos de todo y opinamos de todo, aunque no tengamos la más remota idea.

Esto no está mal en la gradería, en el café o en mesa de amigos, debatimos y criticamos, siempre ha existido y es lo normal. Es como un anexo del fútbol donde todos nos subimos al carro de la sabiduría futbolística.

Claro, hay muchos fanáticos de las gradas que conocen mucho más que algunos dirigentes que llegaron por política o por figurar. Lo que no se vale es la cantidad de gente que confunde la crítica con comentarios degradantes sin importar el momento tan fuerte que está viviendo un deportista.

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Mensajes lapidarios que condenan a la pena capital a un jugador que está pasando por la etapa más amarga de su carrera profesional. Tener que soportar ese fanatismo irracional que los lleva a envilecer a la persona sin ninguna conmiseración… ¡No sé vale!

El problema de la humanidad es que los estúpidos creen estar seguros de todo, hasta difamar y deshonrar a una persona, aunque sea sólo por el prurito de ofender.

Respeto por favor, la sanción que ya está viviendo el joven Orlando Galo es lo más fuerte que le puede pasar. Separado temporalmente de su trabajo y de lo que más le gusta hacer, su gran amor el fútbol.

Leonel Jiménez Rojas, periodista.

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