• 16/04/2024
  • Costa Rica

Se fueron tres y no son los últimos.

Se fueron tres y no son los últimos.

Hace pocas semanas escribíamos que nuestro campeonato es el más singular por muchas razones. El pronóstico que varios entrenadores no llegarían muy lejos era previsible, y no se necesitaba ser un “Nostradamus”.

Con base al antecedente del Apertura 2018 donde casi el 50% de los entrenadores fueron reemplazados, era normal que esa tendencia continuara. Ya hay tres equipos que han dinamitado sus banquillos. Luis José Herra, llegó en relevo de Mario Víquez luego de acumular una seguidilla de derrotas. Sin embargo, Carmelita volvió a mover el banco con gente propia de la academia Wilmer López. Guillerme Farinha trabajador de planta sustituye a Herra y no pasa nada. Hay visión y conocimiento total del desarrollo de cada uno de los jóvenes que desarrolla este proyecto desde varios años.

Luis Diego Arnáez fue separado por esas decisiones desesperadas que viene tomando la todavía inexperta dirigencia rojinegra. Su salida fue muy mal manejada ya que Arnáez se enteró de su separación a través de un medio de comunicación, lo que hizo recordar cuando destituyeron a Javier Delgado mediante un whatsapp.

Otro caso muy singular es el Deportivo Saprissa. Su presidente don Juan Carlos Rojas quien señaló hace unos días que su equipo no había quitado un técnico desde el 2015: “Aquí no nos dejamos llevar por momentos, eso dice mucho de la madurez y cabeza fría”. Hace poco más de una semana mencionó que confiaba en Vladimir y que el iba a seguir a pesar de las críticas.

Todo esto que pasa en los clubes es lícito cuando se busca lo mejor para sus intereses, pero sin enredarse tanto en sus propios mecates. Don Juan Carlos Rojas no dice toda la verdad cuando señala que fue en las últimas 24 horas que se manejó la contratación de “Paté” Centeno, ya que desde el jueves en nuestro programa de radio dimos la noticia de la llegada del extécnico de Grecia a Saprissa.

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La tribuna morada bajó el dedo pulgar y eso se convirtió en un cóctel explosivo que detonó con su cese, la era de Vladimir estaba sentenciada. El técnico sabe que tiene la maleta lista, y una variedad de reemplazantes  esperando su caída.

Prescindir de sus servicios es lo más común en nuestro torneo, no hay procesos que se respeten, ni fanáticos que los aguanten. Según ellos para salvaguardar la salud del equipo, hay que echarlos.

Leonel Jiménez Rojas, periodista.

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