El clásico de clásicos nació hace 70 años un 12 de octubre de 1949, la Liga derrotó a Saprissa 6 por 5, un juego de 11 goles y muchas incidencias.
Se avecina este juego que cura y enferma, un juego que trasciende el escenario deportivo. Detrás de un balón y 22 jugadores hay mucho más que un resultado, aunque se intente decir que es un clásico devaluado por esto o por aquello.
En estos duelos Saprissa y la Liga se juega el honor, el orgullo y la supremacía. Esta clase de partidos denotan una pasión exacerbada, su rivalidad y su historia no tienen parangón. El colorido, los cánticos y la tensión es llevada hasta las gradas y cualquier lugar donde se reúnan sus fanáticos.
Son los choques más esperados del torneo, de antemano se conocen las fechas y las sedes de ambos juegos y quedan señalados en el calendario. Es el encuentro que no se puede perder y siempre será el rival a vencer no importa cómo o de qué manera. Casi siempre en ambientes muy pesados y hostiles no sólo en el estadio sino en su entorno.
Dos aficiones con profundos sentimientos y arraigo por su divisa. La rivalidad llega al extremo del regionalismo y hasta tiene que ver con la supremacía del equipo de la capital y el de provincia.
Cada edición de un Saprissa – Alajuela casi que conmociona, paraliza e involucra a todo el país. El del próximo domingo y todos los que vengan se convertirán en los encuentros más calientes del campeonato, de ahí las declaratorias de alto riesgo y los operativos que llevan consigo.
El clásico ya se vive sin importar los días que falten. Ya los fanáticos elevan el tono y se hacen sentir en todas las plataformas y redes de comunicación. Los medios escritos, televisivos o radiales están inmersos en el entorno y cada detalle de cara al compromiso que nos involucra a todos.
Son juegos que los fanáticos guardan en su memoria y que los posesiona con mayor interés ya que todas las luces y reflectores apuntan a este encuentro.
Clásico o Súper clásico, es el juego más pasional de Costa Rica y el domingo será en la “Cueva del monstruo”.
El león rojinegro llega como líder a dar el zarpazo final, dejar tendido y maltrecho a su archirrival, o lo contrario Saprissa a sumarle otra derrota a los manudos que llevará vergüenza, enojo y tristeza a la familia rojinegra.
Leonel Jiménez Rojas, periodista.