El Ministerio de Salud clausuró el viernes el Estadio Miguel “Lito” Pérez, justo dos días antes de la disputa del primer partido de la semifinal del Torneo Clausura 2025.
La ministra de Salud, Mary Munive, explicó en conferencia de prensa que luego de una inspección realizada el jueves 8 de mayo, las autoridades de salud se llevaron la sorpresa de una nueva estructura levantada en un sector de sombra, la cual no fue reportada, no tiene planos y fue construida según la entidad de manera ‘hechiza’. Eso fue determinante en la valoración que hizo para ordenar el cierre.
“Con una construcción de un voladizo se hizo un palco de 1000 personas… Díganme qué hago yo, pónganse en mis zapatos y díganme que decisión tomarían en mis zapatos”, externó con fuerte tono de voz.
“Me duele enormemente, puntarenenses. Yo hablé con don Héctor Trejos, pero créanme, con un informe como este, ¿a quién le van a cobrar esto? Lamento muchísimo este cierre. Ya se generó el acta de notificación y ya se pusieron los sellos“, puntualizó la jerarca.
“A mí también me duele mucho porque soy futbolera, pero pienso en la salud y protección”, sentenció.
Por otra parte, Lourdes Sánchez, Directora Radiológica y de Salud Ambiental del ministerio de Salud, profundizó sobre el tema y dio a conocer que ellos ya habían reportado dudas por las bases de esa gradería de sombra; ante esto, cuando vieron el sector de palco, se preocuparon todavía más.
“Ayer se hizo la inspección y en sombra se hizo un palco para una zona VIP sobre una estructura que tiene deficiencias. Es una estructura que no está bien hecha, no sabemos si esa estructura puede ser soportada”, acotó.
La funcionaria declaró que las deficiencias del Miguel Lito Pérez son fuertes y antiguas.
“El estadio presenta deficiencias importantes desde hace mucho tiempo, de hecho los aforos que tenían autorizados responden a la deficiencia. A ellos se les solicitó estudios estructurales avanzados para poder habilitarlos, pero no se presentaron”, finalizó.
Otro tema que expuso el Ministerio de Salud es que logró comprobar que los aforos aprobados que tenían en las graderías (1.000, 1.300 y 1.000 personas en cada una) no se respetaron.