Hemos tenido buenos técnicos extranjeros y muchos atorrantes, la lista es interminable.
La presencia de “Paco” Palencia, un técnico con muy poco recorrido y con más pinta de torero que de entrenador de fútbol, pero con la suerte de ser mexicano al se le dio tiempo de más que se le niega al nacional. Llegó Hernán Medford para cambiar muchas cosas y hacer del Sporting FC un equipo competitivo.
Similar situación vive la Liga Deportiva Alajuelense, que tuvo un técnico que vino a dirigir a Costa Rica por primera vez en una división superior. Se le dio toda clase de oportunidades y se le recontrató de manera absurda. Hoy la presencia de Alexandre Borges Guimaraes muestra un avance y denota un buen futuro para los manudos.
En el Cartaginés se vive un acontecimiento similar; vino el mexicano Mario García con buen cuento en el micrófono, pero ni fu ni fa, nunca despegó. El equipo es dirigido por Greivin Mora, trabajador de planta de los brumosos desplegando hasta ahora un buen trabajo y mentalidad ganadora.
Sobrevivir en este medio para el tico es complicado, una prueba de fuego permanente supeditado a los resultados de 5 o 6 juegos; ya han caído tres.
Hay técnicos como Luis Marín que llegaron a cambiar muchas cosas en el equipo de San Carlos que divagaba con la dirección de Víctor Abelenda, la mano de Marín pasa con creces el examen, se nota en esta nueva etapa al frente de los “Toros” credenciales que le negaron en la casa rojinegra por cortoplacistas y por ser nacional.
Es cierto que les falta capacitarse, que no hay una Federación que los ayude a mejorar enviándolos a algunas pasantías o realizando seminarios de alto nivel que ayuden a refrescar la actualidad del futbol, eso va igualmente para los clubes.
La Asociación Deportiva Guanacasteca vive momentos de alta tensión con su técnico, los jugadores, dirigencia y aficionados. Mauricio Soria en dos ocasiones amenazó con dejar el equipo por la inoperancia de quienes manejan la institución, no dudo que haya algo de razón, pero nunca con Minor Díaz, ni Horacio Esquivel, los pamperos vivieron tanta incertidumbre y descontrol.
Aquí llegan técnicos que nos envuelven con su verbo, la mayoría de ellos mejor remunerados y los aguantan hasta que no se puede más. Aparte, no hay mayores requisitos ni filtros que sustenten su capacidad.