Dime a quién le ganas y te diré el tamaño de la victoria.
El viernes se jugó el encuentro Costa Rica y El Salvador. Sin importar el rival necesitábamos ganar, el ambiente estaba caliente y el escepticismo reflejado en el aficionado.
La palabra “ganar”, en el fútbol de nuestro país, escasea hace bastante rato. El estreñimiento de victorias de nuestras selecciones es evidente y aunque el rival es de “pipiripao” a nadie le cae mal una pera en dulce.
El fútbol de El Salvador, viene con un problema mucho más serio que el nuestro y hoy día no figuran para nada. No aparecen en Uncaf, ni en Concacaf, su campeonato es el más pobre de Centroamérica, sin contar a Belice. prácticamente no tienen legionarios y su dirigencia ha venido siendo investigada, primero por la injerencia indebida en la federación y las investigaciones por el presunto lavado de dinero de la federación salvadoreña.
No es, sino hasta hace pocos meses que se ha regularizado en parte su organización. Bueno, ese es un problema de los cuscatlecos.
Claro, no podemos olvidar que El Salvador fue el primer país centroamericano en asistir a una copa del mundo México 70, y el primero en hacerlo por segunda vez en España 82. Aquellas confrontaciones entre Costa Rica y El Salvador como por ejemplo en junio de 1989, cuando Pastor Fernández en un día histórico nos llevó con su gol a la primera Copa del Mundo en Italia 90. Un juego de ida y vuelta, complicadísimo. Cárcamo, Cienfuegos, “mágico” González, Salvador Coreas etc. Eso si era una selección salvadoreña.
Nuestra preselección nos gustó, aunque esperábamos más del rival. Los cuscatlecos abusan del juego lateral y no tienen profundidad, lo que hizo lucir bien la línea de tres de la Tricolor.
El regreso de algunos futbolistas, la presencia de Jostin Daly, una de las convocatorias más criticadas, no solo hizo un gol, sino que su lucha y trabajo en equipo fue evidente. ¡Qué bien por Warren Madrigal! Su movilidad, su mira puesta en el marco rival y sus desplazamientos fue una agradable sorpresa. Bien el trabajo de contención y la forma en que mostraron su coraje y corazón Orlando Galo y Fernán Faerron, dejando claro que lucharán por un lugar en la titular.
Un entrenamiento, un sparring y un gane que se convierte en un apagafuegos a la crítica y el señalamiento.