Para el Deportivo Saprissa fue otra prueba más de su hegemonía en el Superclásico imponiendo su jerarquía futbolística.
No fue sorpresa que los “tibaseños” adquirieran un mayor manejo del juego y generaran mayores acciones de gol, no fue sino al cierre que Alajuelense emuló al equipo morado enviando al espigado y fuerte defensa, Alexis Gamboa, a buscar balones aéreos y disparos de zurda que chocaron en el marco.
Ahí el partido se acabó con una tenue expresión de lucha por parte de los manudos, que no logran vencer a su archirrival hace muchos juegos en tiempos de 90 minutos. “Ya no es clásico” dicen algunos, bueno, por historia y por galardones acumulados, por estructura y afición lo seguirá siendo, aunque ya los florenses casi lo equiparan en títulos.
El Deportivo Saprissa enseñó que juega al fútbol, que tiene conjunto y se le ve trabajo. Alajuelense, a ratos se le vio jugar al azar, sin una transición efectiva y sin espíritu de lucha. Saprissa es un equipo que batalla y que tiene mordiente, los rojinegros se muestran lentos, pasivos, casi indiferentes.
Jeaustin Campos pelea en el banco y todo su cuerpo técnico esta sintonizado, ordena y exige desde la línea, Coito, pasa inadvertido, casi ignorado. Es cierto que hay estilos, pero también la apatía contagia y salpica al grupo.
Liga Deportiva Alajuelense bajo la actual dirigencia se llenó de jugadores que ya estaban de salida, haciendo elevadas inversiones y creando expectativas falsas. Se le entregó a un español todo el poder del club, el cual se encargó de “venderle espejitos” a los directivos que se embobaron con los fichajes bomba.
Fernando Ocampo llegó a la presidencia conociendo poco y parece se va sin haber aprendido. Nunca antes se le dio tanto tiempo a un grupo de dirigentes tan inefectivos y frustrados.
El Clásico del fútbol costarricense o “Superclásico” como comúnmente es conocido, es el juego que mayormente exigen ganar los fanáticos por ese antagonismo ancestral que disputan los clubes con más simpatizantes del país. Dolorosamente para los alajuelenses, el Clásico se volvió muy disparejo por la diferencia abismal en favor de Saprissa.
La mayoría del “liguismo” espera que el próximo mes en la asamblea anual de asociados se produzcan cambios radicales que enderecen los entuertos en el campo deportivo.